El 12 de Agosto celebramos en el Colegio la Misa por el día de Nuestro Patrono San Maximiliano Kolbe.
Al finalizar la misma, los alumnos que participaron del Viaje a Europa + Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, nos compartieron un emotivo testimonio.
Testimonio
Hoy queríamos compartir con ustedes un poco de la presencia que tuvo San Maximiliano en el viaje de estudios, especialmente en Polonia y la Jornada mundial de la Juventud. Después de terminar en Estocolmo con lo que fue el viaje de Estudios, cuando llegamos a Polonia sentimos un cambio y un sentimiento que no hablamos tenido en otros lugares que visitamos antes. La hermana Halina nos estaba esperando en el aeropuerto junto a muchos voluntarios de la jornada con un cartel que decía ¨Bienvenidos a la tierra de su patrono”. Como sabrán, acá uno dice “voy al colegio San Maximiliano Kolbe” o mencionamos al santo y nadie tiene la menor idea de quien fue. Lo sorprendente fue que en Polonia todo el mundo lo conocía, era ¨famoso¨.
También tuvimos la oportunidad de visitar Niepokalanow, la ciudad de la Inmaculada. Ese lugar tan importante en la vida de Maximiliano donde plasmo su adoración por la virgen a través de revistas, la radio y los talleres. Fue de alguna manera, poder vivir la historia que tanto nos cuentan en catequesis. En esa misma ciudad, recorrimos el museo de Kolbe y a todos se nos pusieron los pelos de punta cuando vimos el traje que él había usado cuando estuvo en el campo de concentración.
Y allí también estuvimos. Uno de los lugares en donde se cometieron los peores genocidios de toda la historia. La obscuridad, el miedo y la inseguridad que se siente con solo caminar por la ruinas no tiene comparación. Pero, dentro de toda esa obscuridad es increíble pensar que también se cometieron miles de actos de solidaridad. Un ejemplo claro, es el de nuestro patrono, un humilde cura que dio su vida por un hombre que ni siquiera conocía. Recorriendo el campo, vimos un cartel enorme que contaba la historia de Maximiliano. No se imaginan lo emocionante y conmovedor que fue ver ese cartel. Se nos lleno el corazón de orgullo. Después de esta visita, entendimos la importancia que tiene aprender historia, porque esa es la única manera de evitar que los errores cometidos en el pasado se vuelvan a repetir. Porque al final, mas allá de las diferencias existentes todos somos iguales ante el Señor.
Para concluir este testimonio nos gustaría decir que nuestros corazones volvieron conectados a San Maximiliano Kolbe y a nuestro hermoso colegio. Y con la responsabilidad de honrar su nombre.